Nutrición en la Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Reumáticas
Las enfermedades reumáticas son un conjunto diverso y complejo de
enfermedades que afectan principalmente al aparato locomotor, articulaciones,
huesos, músculos y tendones, pero que también pueden afectar sistemas u órganos
específicos (corazón, pulmón, ojos y piel), vasos sanguíneos y el tejido
conectivo.
Actualmente las enfermedades reumáticas son muchas y muy diversas,
identificándose más de 200 tipos. Sin embargo, algunas de las más comunes son:
la Artrits Reumatoidea, el Lupus Eritematoso Sistémico (LES), Fibromialgia,
Gota, Osteoartritis (artrosis), Enfermedad de Lyme y Esclerodermia.
Su origen es multifactorial y la mayoría de estas enfermedades están
asociada a variables como la edad, el sexo, la raza, el haber sufrido de
ciertas enfermedades microbianas (virus y bacterias) y, de más reciente
investigación: la alimentación y el estilo de vida.
¿Cómo prevenir y tratar las
Enfermedades Reumáticas?
1.
Dieta Vegetariana y Dieta Mediterránea: en
diversos estudios ha sido comprobada la
eficacia de una dieta pseudo-vegetariana y mediterránea en la prevención y
tratamiento de las enfermedades reumáticas. Ello se trata de disminuir el
aporte dietético de proteínas animales (sobre todo las provenientes de las
carnes rojas) y aumentar el de proteínas vegetales (leguminosas o granos,
frutos secos y cereales) así como el consumo de pescados, aceite de oliva,
frutas y nueces. En procesos reumáticos, se recomienda que el 80% de los
alimentos provenga de origen vegetal (cereales, tubérculos, granos o
leguminosas, vegetales, frutas y semillas) y el 20% de origen animal (carnes
rojas y blancas, pescados, huevos, lácteos).
2. Probióticos y Calcio: la suplementación de la dieta del enfermo con cultivos probióticos ha demostrado disminuir la inflamación y mejorar la capacidad de caminar. Se recomienda el consumo de 1 porción de yogurt con cultivos probióticos al día, lo cual permitirá satisfacer parte de las necesidades de calcio y Vitamina D para el mantenimiento de una buena salud ósea, al mismo tiempo en que se consumen bacterias vivas beneficiosas para una buena salud intestinal.
3.
Dieta rica en Antioxidantes: Una dieta rica en frutas y
vegetales antioxidantes ha demostrado ser útil al disminuir la inflamación,
aumentar el pH sanguíneo (ambiente alcalino) y favorecer los procesos de detoxificación
natural. Esta no sólo debe ser aplicada en el tratamiento de estas enfermedades,
sino más aún en la prevención. A modo preventivo, se sugiere un mínimo de 5
raciones de frutas y vegetales; sin embargo para realmente tener un efecto
antiinflamatorio notable en el tratamiento deben incluirse al menos 8
porciones, lo cual es fácilmente alcanzable al incorporar jugos verdes de
vegetales (espinacas, célery, pepino, zanahoria, remolacha, kale) y frutas frescas (manzana, piña, frutos rojos, mango, naranja) adicionales a las incluidas en las comidas
principales. Todo jugo verde debe incorporal al menos un vegetal verde, y una proporción entre vegetales y frutas de 3:1.
4.
Hábitos de
vida: además de un consumo adecuado de calcio, para asegurar una masa ósea
óptima en el adulto y disminuir el riesgo de enfermedades osteoarticulares, es
necesaria la realización de ejercicio (mínimo 30 minutos al día) y
evitar hábitos que aumentan el riesgo como el consumo de alcohol, el consumo de cigarrillo o tabaco y la ingesta excesiva de café ( más de 2 tazas al día).
5.
Suplementación
con Omega 3 y Ácido Fólico: una vez que se padece de la enfermedad se
recomienda la suplementación con Ácidos Grasos Omega 3 por sus efectos
positivos sobre la presión arterial, el perfil lipídico, la trombosis y la
inflamación. En diversas investigaciones se ha comprobado que disminuyen la
inflamación articular, particularmente, en los casos de Artritis. En los casos
de los pacientes que se encuentren sometidos a tratamientos con “metotrexato” está
indicada la suplementación con ácido fólico pues ha demostrado disminuir la
toxicidad de este fármaco. Recuerde, antes de consumir cualquier suplemento,
consulte e informe a su médico de confianza.
6.
Manejo del
Estrés: se ha demostrado que el estrés ejerce un impacto importante en la mayoría de las
enfermedades reumáticas, y está ligado a la inflamación. Para reducir el
estrés, estimule la práctica de ejercicio regular o alguna actividad de despeje
mental; realiza terapias como el yoga, el tai chi y la
meditación; reserva un tiempo para ti y concéntrate en lo que sientes, quieres
y sueñas y olvídate un poco de aquello que te aqueja.
77. Disminución del consumo de alimentos potencialmente alergénicos: se ha demostrado que existe una asociación entre las alergias e intolerancias alimentarias y las dietas ricas en alimentos alergenos y las crisis de artritis. Por ello, aprende a escuchar tu cuerpo y observa las reacciones frente a alimentos a base de trigo, soya, huevos, pescados, lácteos de vaca y maní, los cuales representan las principales fuentes de alergenos en la dieta. De igual forma lo conveniente es que no abuses de su consumo.
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88. Hierbas y raíces antiinflamatorias: Incluye en tu dieta hierbas y raíces con propiedades antiinflamatorias y desintoxicantes como : el jengibre, la cúrcuma, el romero, el orégano y el perejil. Puedes consumirlo en infusiones o agregarlos a tus comidas y bebidas.
Una vez más vemos como un estilo de vida saludable puede prevenir y tratar enfermedades degenerativas y crónicas. Recuerda que, lo mejor es invertir siempre en PREVENCIÓN y no en CURACIÓN.
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