martes, 24 de marzo de 2015

El Poder de la Mente y tu Salud.


Ante las circunstancias que nos rodean y afectan nuestro día a día tenemos la violencia, escasez de alimentos, crisis económica, problemas con el tráfico, desempleo, fallas en los servicios públicos, entre muchos otros que perturban nuestra vida desde el punto de vista personal y familiar.  Los jóvenes quieren emigrar y existe una grave desintegración familiar que está en auge, así como el estrés, la ansiedad y la depresión que acompaña todas estas situaciones.

Esto ocasiona, como se mencionó en el artículo anterior, un efecto sobre las hormonas, provocando cambios en nuestro organismo haciéndonos más sensibles a dolor y atrayendo la aparición de síntomas de diversas enfermedades.  En este sentido, se ha demostrado que éste puede influir tanto en el origen como en el curso de la enfermedad. Del mismo modo, se ha demostrado que las personas que padecen depresión presentan una debilitación del sistema inmunológico o de defensa, con lo que pueden enfermar con más facilidad o bien les puede ser más difícil recuperarse de ciertas enfermedades.

El estrés, la ansiedad, la forma de enfrentarse a los problemas cotidianos y no cotidianos, estados de ánimo
negativos, depresión, características de personalidad, conductas relacionadas con la salud, etc. tienen un efecto directo sobre el organismo produciéndose una serie de reacciones neuroquímicas y hormonales en determinadas zonas del cerebro, del sistema nervioso autónomo y de determinadas glándulas endocrinas como la hipófisis. 

Todo esto va a tener efectos en el funcionamiento normal del sistema inmunológico, cuya función es la de identificar y eliminar aquellas sustancias extrañas (virus, bacterias, hongos, etc.) que pueden perjudicar al organismo. De manera que si nuestro sistema inmune está dañado, es muy probable que estas sustancias invadan el organismo y favorezcan la aparición de algunas enfermedades. 

Con la ansiedad  o la depresión se afectan  algunos sistemas de nuestro organismo:
· En el sistema nervioso pueden provocar dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis musculares.
· En nuestros sentidos pueden llegar a provocarnos ceguera, visión doble, afonía.
· En el sistema circulatorio producen palpitaciones y taquicardias.
· En el sistema respiratorio pueden causar sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho.
· En el sistema digestivo pueden producir sequedad de boca,  náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea.
· En el sistema osteomuscular es común que provoquen tensión muscular, dolor muscular, cansancio.

Por consiguiente, los trastornos relacionados directamente con la actividad del sistema inmune, como son las alergias, problemas en la piel, asma, podrían tener su explicación en los efectos negativos que produce el estrés, acontecimientos relacionados con pérdidas de seres queridos, el desempleo, carencias afectivas, separaciones o divorcios, soledad, exceso de trabajo, entre otros.
También se ha podido comprobar como determinados tipos de personalidad como son los individuos impulsivos, impacientes, perfeccionistas, con tendencia a realizar varias actividades al mismo tiempo, incapaces de estar sin hacer nada, con tendencia a vivir siempre en tensión, tienen cierta tendencia a padecer enfermedades coronarias y problemas cardíacos.
Por último existen otras alteraciones que también se han asociado a un origen psicológico como la arritmia cardíaca, asma bronquial, crisis de angina de pecho, úlceras, gastritis, trastornos endocrinos, trastornos de la alimentación, enfermedades de la piel y alergias.
Tras observar que la depresión, la ansiedad y el estrés, entre otros, son factores que influyen tanto el origen, el mantenimiento y la evolución de distintas patologías físicas, es más fácil comprender la influencia de nuestra mente sobre nuestro cuerpo y el papel del psicólogo en nuestras molestias físicas.
Es posible mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades psicosomáticas entendiendo de dónde provienen las molestias físicas que sufren y cambiando aquello que las provocan: estrés, auto exigencias elevadas, vida.
Es aconsejable realizar conductas saludables como el ejercicio físico, practicar Yoga, adecuados hábitos alimetnarios, descansar bien, desconectar del trabajo, se pueden realizar actividades que reducen la tensión, aprender a relativizar los problemas ya que a veces le damos una importancia exagerada a todo lo que acontece y hacemos de todo un problema.
Habría que tratar de eliminar o reducir el consumo de tabaco, alcohol, que no hacen otra que incrementar los factores de riego.  Vale también la pena aplicar las Estrategias de Afrontamiento que consisten en hacer esfuerzos mentales y comportamentales dirigidos a suprimir el estado de malestar que a veces producen estas situaciones.

Estas estrategias pueden ser:

1.      Ver el lado positivo de las cosas

2.      Contemplar los problemas y dificultades como algo que puede potenciar el crecimiento personal

3.      Realizar actividades distractoras que ayuden a no pensar continuamente en lo que nos preocupa

4.       Tener calma para analizar de forma reflexiva y objetiva los problemas y de esta forma procurar dar respuestas y soluciones eficaces, saber buscar apoyo en otras personas que nos aconsejen o reconforten

       En cualquier caso conviene aclarar que con este tipo de enfermedades siempre es aconsejable acudir a especialistas en la materia, ya que pueden ser muchos los factores que pueden estar contribuyendo su aparición y mantenimiento.  Así mismo, actividades de crecimiento espiritual como la meditación siempre buscará contactarte con la energía intrínseca y ayudará a calmar la mente.




 “La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para sanar al hombre. No hay que luchar contra ella, sino integrarla, comprenderla y trascenderla”
Enric Corbera.

 “La Caja de Pandora”- “El desdoblamiento del tiempo”

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