HIPERURICEMIA
Y GOTA ÚRICA: Una enfermedad silente que no discrimina entre hombres y mujeres.
De seguro no se te hace familiar el término
HIPERURICEMIA, pero si has escuchado que alguien de tu familia o círculo de
amigos está sufriendo de aumento del ácido úrico.
La hiperuricemia se refiere a un exceso de
ácido úrico en la sangre. Los niveles de ácido úrico normales son entre 2,4 y
6,0 mg/dL (para las mujeres) y entre 3,4 y 7,0 mg/dL (para los hombres) sin
embargo, estos varían según el laboratorio.
Cuando la situación empeora y se hace
crónica, se produce la Gota Úrica, caracterizada por el depósito de cristales
de urato (forma soluble del ácido úrico) en el tejido conectivo y
articulaciones, produciéndose dolor e inflamación en las mismas.
La hiperuricemia y la gota úrica es más común en los hombres que en las mujeres y se estima que uno de cada diez
hombres desarrollará gota entre a partir de los 40 años.
Lo preocupante de esta enfermedad, es que
muchas veces los niveles de ácido úrico elevados no producen síntomas
relevantes en sus etapas tempranas, sino que empieza a ser notable cuando se
produce depósito de los cristales de ácido úrico en las articulaciones, es
decir, cuando se está más cerca de presentarse la Gota. De allí deriva la
importancia de realizarse un simple o chequeo anual (perfil 20) que permitirá
verificar la presencia o ausencia de esta y muchas otras enfermedades.
Existen relaciones significativas entre la
hiperuricemia y alteraciones como hiperinsulinemia (insulina alta), diabetes
mellitus tipo 2, hipertensión, aumento de triglicéridos, aumento del LDL y
reducción del HDL y obesidad; por lo que la hiperuricemia además de contribuir
al desarrollo de gota, ha adquirido una gran importancia como componente del
síndrome metabólico, factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y
reducción del tiempo de vida.
RECOMENDACIONES
NUTRICIONALES PARA PREVENIR Y TRATAR LA HIPERURICEMIA
1. Purinas: muchas veces se suelen eliminar alimentos
como el tomate y la guayaba por su alto contenido de purinas. Sin embargo, hoy
en día se conoce que la contribución de las purinas que se ingieren con la dieta
al acervo total de purinas del organismo es muy pequeño por lo que removerlas
de la dieta no produce grandes efectos. Aún así la moderación en el consumo de
purinas es una recomendación saludable para cualquier persona.
2. Proteínas: las proteínas, particularmente las de
origen animal estimulan la producción de
ácido úrico y además son considerados alimentos que acidifican el pH sanguíneo.
Si bien no es necesario adoptar un régimen vegetariano, SÍ es importante
reducir y cuidar las porciones de proteínas de origen animal que se ingieren, prefiriendo las carnes blancas (aves y pescados blancos), evitando las vísceras (hígado, lengua, callos,
charcutería, mollejas) y moderando la ingesta de carnes rojas, pescados azules y mariscos. Una buena
forma de controlar la porción de proteína que servimos en nuestro plato es usar
la estrategia de la mano (tomar en cuenta que la porción de proteína debe ser
del tamaño del centro de la palma de la mano); por otro lado, también es
conveniente sustituir 1 o 2 veces por semana las proteínas de origen animal por
proteínas de origen vegetal como los granos o leguminosas.
3. Fructosa: la ingestión de fructosa también favorece
la formación de ácido úrico. Ello se debe a que esta azúcar se metaboliza muy
rápidamente por el hígado, con un gran consumo de ATP y energía que genera finalmente
ácido úrico. Sin embargo, el consumo de frutas (ricas en fructosa) es beneficioso para el
tratamiento de la hiperuricemia, ya que a pesar de su contenido de fructosa son
ricas en fibra y otros nutrientes. Es conveniente evitar, cualquier bebida
endulzada con fructosa, la fructosa industrial (la utilizada como edulcorante) y
el sirop de maíz alto en fructosa presente en algunos productos industriales.
4. Favorecer
la alcalinización del pH sanguíneo: un ambiente ácido en nuestro pH sanguíneo es una de las
causas principales de la hiperuricemia. Dietas pobres en vegetales y frutas,
dietas muy altas en proteínas, dietas cetogénicas (muy bajas en carbohidratos) así como un consumo excesivo de alcohol, café
y cigarrillo son factores que acidifican el pH sanguíneo y por tanto favorecen
la acumulación de cristales de ácido úrico.
5.
Estrategias para favorecer la alcalización
del pH sanguíneo:
5.1 Aumentar
el consumo de frutas y vegetales: se
recomienda la ingesta de al menos 5 raciones de frutas y vegetales al día,
incluyendo al menos 2 vegetales verdes en la alimentación diaria (espinacas,
brócoli, acelgas, célery, perejil, cilantro) y frutas diuréticas y bajas en
azúcares como manzanas, melón, patilla, piña, papaya, etc. No existen vegetales
ni frutas prohibidas, sólo deben consumirse con moderación aquellas frutas más
dulces y ricas en fructosa (cambur, mango, uvas, higos, dátil).
5.2 Evitar
el cigarrillo, limitar el consumo de café a 1 taza al día y el de alcohol a 2
tragos semanales. Si
se trata de gota o hiperuricemia crónica, debe eliminarse el consumo de alcohol
por completo.
5.3 Consumir
entre 2,5 y 3 litros de agua,
cuidando la procedencia de la misma, y prefiriendo el agua mineral o alcalina.
5.4 Moderar
la ingesta de alimentos ácidos
(proteínas de origen animal, leche, quesos madurados, huevos, harinas
refinadas, panes, galletas y azúcar en general) y favorecer la de alimentos
alcalinos (granos o leguminosas, vegetales y frutas).
6. Evitar la exposición a metales pesados: la exposición continua a metales pesados es una de las causas relacionadas actualmente con el aumento de ácido úrico. Plomo, cadmio, mercurio son los principales responsables. Estos se encuentran muchas veces en el ambiente, y pueden ser consumidos por inhalación ó mediante la alimentación (en el caso del mercurio en los pescados). Se recomienda evitar la exposición a gasolina y gases industriales y la ingesta de peces grandes (atún, pez espada, jurel) comúnmente asociados con altos niveles de mercurio. Emplear terapias de quelación o la práctica del pediluvio iónico pueden ser alternativas en el tratamiento de la hiperuricemia.
7. Disminución
de peso: el sobrepeso y la obesidad se relacionan con
una elevación de la uricemia. Una de las principales medidas ante un paciente
con hiperuricemia es llevar una dieta baja en calorías y de alta calidad
nutricional que permita lograr el peso que le corresponde según su edad, sexo y
altura. No es conveniente sin embargo, la realización de regímenes de adelgazamiento
desequilibrados, muy restrictivos o bajos en carbohidratos, ya que el ayuno o
la producción de compuestos cetónicos conduce a una mayor producción de ácido
úrico, lo cual podría desencadenar una crisis gotosa.
8. Suplementación: la suplementación con vitaminas
antioxidantes como la vitamina C y minerales como el selenio son recomendados
en el tratamiento de la hiperuricemia.
OTRAS RECOMENDACIONES
Llevar una vida tranquila, evitar
situaciones de estrés o actividades psíquicas traumatizantes, no usar zapatos
muy ajustados y tener una actividad física regular son otras estrategias que lo
ayudarán a mejorar su salud y sus niveles de ácido úrico.
Acudir a un Nutricionista – Dietista acreditado
es la mejor forma de tratar y prevenir esta y muchos otros tipos de
enfermedades. Para consultas e información sobre nuestros planes presenciales y
online, le invitamos a escribirnos a infosanosabor@gmail.com
Lic. Gabriela Pocovi Lic. Yasmín Olivar
Nutricionistas Dietistas U.C.V
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