El niño en edad preescolar requiere una buena alimentación para
garantizar el aporte de nutrientes ante los cambios físicos, fisiológicos,
psicomotor y social, así como para la prevención de enfermedades. Como padre tome en cuenta que la alimentación
ha de ser suficiente, completa, equilibrada, adecuada, variada e inocua. Tres comidas principales y dos meriendas serán
suficientes para el aporte de calorías requeridas. El desayuno será vital para la actividad
física del día, concentración y
atención, tan necesarios para el aprendizaje.
El almuerzo y la cena cubren los requerimientos de energía y nutrientes
y aportan la mayor variedad de alimentos y por su parte las meriendas,
constituyen un refuerzo de las comidas principales y complementan su
alimentación. Para la dinámica diaria de
la alimentación de su hijo y la formación de hábitos saludables tome en cuenta
lo siguiente:
- El niño en edad preescolar es capaz de regular la cantidad de alimentos que necesitan consumir, por lo tanto evite preocuparse si en un momento dado no quiere comer. En este momento crucial evite usar los alimentos como premio o castigo.
- Es común que desarrollen conductas inapropiadas como rebeldía y rechazo ante los alimentos si comen bajo presión, deje fluir el acto de la alimentación, tomará un poco de tiempo y poco a poco se irá adaptando a los hábitos de los adultos. Lo importante es promover la incorporación progresiva a la dieta y rutina familiar con confianza y respeto.
- La saciedad ocasionada por una comida abundante puede provocar inapetencia para la siguiente comida por ello, le recomendamos servir cantidades de alimentos ajustadas a la edad del niño, es decir raciones pequeñas y así evitar la omisión de algunas comidas principales o meriendas. Estimule el respeto por los horarios de comida.
- Después de los dieciocho meses pueden presentar una aparente inapetencia, la cual es transitoria por ello evitar suministrar vitaminas o suplementos, estimulantes del apetito, sin prescripción médica.
- En ocasiones pueden rechazar alimentos que se les ofrece por primera vez, varíe la preparación e inclusive la presentación de los mismos puede hacer que sean aceptados. En la medida que van creciendo, sus gustos van cambiando y pueden aceptar perfectamente alimentos que en algún momento rechazaron.
- La actividad física o recreativa será un estimulante del apetito, tómelo en cuenta y apóyelo. Además aprenderán que la actividad física los ayudará a crecer, mantenerse sanos y tener buena apariencia física.
- Si ofrece al niño alimentos naturales, coloridos, bien preparados y presentados harán que se establezca una preferencia alimentaria y al mismo tiempo se iniciará el proceso de adecuados hábitos alimentarios desde la infancia. Prepárelos en trozos pequeños, suaves, sin espinas ni huesos, ni pegajosos para facilitar su masticación y deglución. No menos importante es la temperatura de los alimentos a servir, recuerde que a los niños les gusta tocar la comida, tenga precaución.
- Manténgalo informado sobre los efectos del consumo excesivo de chucherías o golosinas. Claro ocasionalmente pueden consumirlas como parte del entorno propio de la edad.
- Consumo de agua potable y preferiblemente previamente hervida, ofrézcala a libre demanda
- Guie al niño para que participen en actividades cotidianas relacionadas con la compra, preparación, conservación e inclusive cultivo de alimentos. Eso les permitirá desarrollar interés por los mismos así como el valor que tienen para su crecimiento y desarrollo y poco a poco aprenderán a realizar una adecuada selección. Recuerde que según son los hábitos del adulto (padres) así serán los de su hijo, es decir, usted es responsable de la salud a largo plazo, ya que todo se inicia desde la temprana edad e inclusive desde la concepción.
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