domingo, 19 de octubre de 2014

Dieta Sana, Sabrosa y Económica ¿Es posible?

¿Cómo llevar una dieta saludable y económica?

Para nadie es un secreto que hoy día el tema de la compra y adquisición de productos alimentarios se ha vuelto para muchos un “tormento” diario. La escasez y el alto costo de los alimentos llevan a muchos a adquirir únicamente lo necesario para satisfacer sus necesidades, a comprar lo más económico o simplemente lo que se consiga. En la mayoría de los casos, esto apunta hacia una alimentación poco balanceada  y en muchos casos se deja a un lado a la salud por suponer que “comer sano” es irremediablemente costoso y poco accesible.

Sano Sabor se solidariza con las familias venezolanas y te enseña que SÍ se puede comer sano y sabroso sin abultar el costo del mercado. Lee muy bien estas estrategias que te ayudarán a ti y a tu familia a mantener un estilo de vida saludable sin ir en detrimento de tu bolsillo.

1.       Consume productos de la época: con esto me refiero particularmente a las frutas,  ya que la mayoría tienden a ser mucho más económicas en ciertas épocas del año. En lugar de adquirir frutas importadas como manzana, kiwi, duraznos, uvas y fresas; inclínate por las frutas tropicales y autóctonas como la mandarina, naranja, cambur, lechosa, patilla, mango, melón y piña; son muchas y algunas son súper económicas de acuerdo a la estación, así que no hay cabida al aburrimiento. Además, las frutas de estación contienen menos agentes químicos (fertilizantes, pesticidas) y una mayor proporción de nutrientes, ya que son más frescas. Olvídate de frases como “es que necesito la manzana para la dieta” ó “el cambur tiene mucha azúcar y me hará engordar”, todas las frutas pueden consumirse en un régimen tanto de adelgazamiento como para mantener un peso saludable, la clave está en cuidar las porciones y el horario de consumo de algunas de ellas.

2.       Cuidado con los productos “ligeros”, “light” o “fit”: la mayoría de ellos tienen un costo superior al resto de los productos y en muchos casos no son tan ligeros como lo indican. Además no son necesarios ni vitales para comer sano. En este aspecto, es importante que revises la etiqueta nutricional o consultes con profesional capacitado para saber si el producto realmente vale la pena.


3.       Aprende a hacerlo en casa: si eres de los que regularmente compra aderezos envasados, postres sin azúcar, salsas para pasta, productos en sobre, gelatina ligera, etc. Hoy en día existen miles de recetas ligeras para poder realizar todas estas preparaciones en casa, lo mejor es que tú puedes controlar la cantidad y la calidad de los alimentos que utilizas y además te ahorrarás unos cuantos bolívares.

4.       Apúntate a lo natural y autóctono: Si puedes sustituir todo lo que venga en una caja o bolsa por un alimento natural, estarás mejorando tu salud y cuidando mucho más a tu bolsillo. Por ejemplo, en lugar de consumir un cereal de cajita bien sea tipo integral, granola o muesli comercial,  prefiere la avena en hojuelas la cual podrás siempre modificar y agregarle distintos toppings (frutos secos, pasitas, etc.) para no aburrirte. En cuanto al pan y tortillas integrales, prueba alternándolas con casabe y arepas integrales, que aportan más fibra y menos ingredientes procesados a menor costo. Para tus arepas, prueba mezclando la harina de maíz con ingredientes como afrecho, avena, linaza, ajonjolí o germen de trigo, le agregarás mucho más fibra y nutrientes y ahorrarás un poco la cantidad de harina de maíz que utilices en su preparación.


5.       Incluye las leguminosas o granos: Los granos (caraotas, garbanzos, lentejas, arvejas) son versátiles, ricos, nutritivos y rendidores.  Son fuente de fibra dietética, hierro y proteínas; los puedes preparar guisados y en sopas con o sin vegetales, en ensaladas y hasta en cremas o dips para untar. Adicionalmente, puedes utilizarlos 1 o 2 veces a la semana como fuente de proteínas en sustitución de las carnes y aves, acompañado siempre de algún cereal entero (arroz integral, quinoa, trigo, etc) y algún vegetal o ensalada para poder aportar al organismo todos los aminoácidos esenciales que requiere para la síntesis muscular y la realización de un sinfín de funciones. Además de darle un descanso a tu cuerpo del consumo de proteínas animales, estarás aumentando tu consumo de fibra y ahorrando un poco en la adquisición de carnes, aves y pescados.

6.       Los pescados, escógelos según el costo:  En líneas generales, se recomienda consumir pescados al menos 2 veces por semana como parte de una dieta saludable. Sin embargo, el alto costo de los mismos hace que en la mayoría de los hogares se prefiera el consumo de carnes rojas y aves. La clave está en seleccionar los pescados más económicos y que siempre están disponibles como: las sardinas, el jurel, la merluza, cazón y atún. Estos también pueden guisarse y dejarse en pequeñas porciones en el congelador. Recuerda, siempre será más saludable y económico consumir el pescado fresco que enlatado.

7.       Planifica la compra de tus alimentos: si vas al supermercado sin tener una idea o planificación previa de lo que vas a adquirir posiblemente pasearás por todos los pasillos y tomarás productos que realmente no necesites o que sean poco saludables. Semanal o quincenalmente planifica de forma general el menú de la semana y de allí selecciona los alimentos que requieras adquirir para su preparación, toma nota de los mismos y con ello ve al supermercado. No es lo mismo comprar por comprar, que tener un destino previo de cada uno de los alimentos que adquieres. Más ahorro y menos desperdicio. 

8.       Aprovecha las ofertas: los precios de rubros como la cebolla, el pimentón y el tomate tienden a ser variables y muy altos en algunas épocas del año, como la actual. Si lo consigues en oferta o más económico que lo habitual compra en mayor cantidad y almacénalo congelado previamente limpio e higienizado. Congelar los vegetales y frutas no afecta sus propiedades nutricionales y alarga su tiempo de vida útil.

9.       Saca del carrito lo que NO es saludable: muchas veces le echamos la culpa a los vegetales y las frutas del alto costo del mercado sin darnos cuenta que también incluimos muchos productos que no necesitamos y que no son saludables. Galletas dulces y saladas, cereales listos para comer, salsas comerciales, jugos y té pasteurizado, snacks salados y refrescos; son productos que no te aportan nutrientes esenciales, no forman parte de un estilo de vida saludable y que son altamente costosos.

10.   Mentalízate: si bien a primera vista pareciera cuesta arriba llevar una dieta saludable en tiempos de crisis, realmente esto no es necesariamente así. Los productos necesarios y vitales para llevar un estilo de vida saludable como las frutas, vegetales y granos enteros, siguen estando disponibles a un costo manejable. Dejemos las excusas y si tienes dudas al respecto, consulta con profesional capacitado quien podrá orientarte a alcanzar tus objetivos de forma sana, sabrosa y accesible.

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