¿Cómo llevar una dieta saludable y económica?
Para nadie es un secreto que hoy día el tema de la
compra y adquisición de productos alimentarios se ha vuelto para muchos un
“tormento” diario. La escasez y el alto costo de los alimentos llevan a muchos
a adquirir únicamente lo necesario para satisfacer sus necesidades, a comprar
lo más económico o simplemente lo que se consiga. En la mayoría de los casos,
esto apunta hacia una alimentación poco balanceada y en muchos casos se deja a un lado a la
salud por suponer que “comer sano” es irremediablemente costoso y poco
accesible.
Sano Sabor se solidariza con las familias
venezolanas y te enseña que SÍ se puede comer sano y sabroso sin abultar el
costo del mercado. Lee muy bien estas estrategias que te ayudarán a ti y a tu
familia a mantener un estilo de vida saludable sin ir en detrimento de tu
bolsillo.
1.
Consume
productos de la época: con esto me refiero particularmente a las frutas, ya que la mayoría tienden a ser mucho más
económicas en ciertas épocas del año. En lugar de adquirir frutas importadas
como manzana, kiwi, duraznos, uvas y fresas; inclínate por las frutas
tropicales y autóctonas como la mandarina, naranja, cambur, lechosa, patilla,
mango, melón y piña; son muchas y algunas son súper económicas de acuerdo a la
estación, así que no hay cabida al aburrimiento. Además, las frutas de estación
contienen menos agentes químicos (fertilizantes, pesticidas) y una mayor
proporción de nutrientes, ya que son más frescas. Olvídate de frases como “es
que necesito la manzana para la dieta” ó “el cambur tiene mucha azúcar y me
hará engordar”, todas las frutas pueden consumirse en un régimen tanto de
adelgazamiento como para mantener un peso saludable, la clave está en cuidar
las porciones y el horario de consumo de algunas de ellas.
2. Cuidado
con los productos “ligeros”, “light” o “fit”: la mayoría de ellos tienen un costo superior al
resto de los productos y en muchos casos no son tan ligeros como lo indican.
Además no son necesarios ni vitales para comer sano. En este aspecto, es
importante que revises la etiqueta nutricional o consultes con profesional
capacitado para saber si el producto realmente vale la pena.
4.
Apúntate a lo natural y autóctono: Si puedes sustituir todo lo que venga en
una caja o bolsa por un alimento natural, estarás mejorando tu salud y cuidando
mucho más a tu bolsillo. Por ejemplo, en lugar de consumir un cereal de cajita
bien sea tipo integral, granola o muesli comercial, prefiere la avena en hojuelas la cual podrás
siempre modificar y agregarle distintos toppings (frutos secos, pasitas, etc.)
para no aburrirte. En cuanto al pan y tortillas integrales, prueba
alternándolas con casabe y arepas integrales, que aportan más fibra y menos
ingredientes procesados a menor costo. Para tus arepas, prueba mezclando la
harina de maíz con ingredientes como afrecho, avena, linaza, ajonjolí o germen
de trigo, le agregarás mucho más fibra y nutrientes y ahorrarás un poco la
cantidad de harina de maíz que utilices en su preparación.
5.
Incluye
las leguminosas o granos: Los granos (caraotas, garbanzos, lentejas, arvejas) son versátiles, ricos,
nutritivos y rendidores. Son fuente de
fibra dietética, hierro y proteínas; los puedes preparar guisados y en sopas
con o sin vegetales, en ensaladas y hasta en cremas o dips para untar.
Adicionalmente, puedes utilizarlos 1 o 2 veces a la semana como fuente de
proteínas en sustitución de las carnes y aves, acompañado siempre de algún
cereal entero (arroz integral, quinoa, trigo, etc) y algún vegetal o ensalada
para poder aportar al organismo todos los aminoácidos esenciales que requiere
para la síntesis muscular y la realización de un sinfín de funciones. Además de
darle un descanso a tu cuerpo del consumo de proteínas animales, estarás
aumentando tu consumo de fibra y ahorrando un poco en la adquisición de carnes,
aves y pescados.
6.
Los
pescados, escógelos según el costo: En líneas
generales, se recomienda consumir pescados al menos 2 veces por semana como
parte de una dieta saludable. Sin embargo, el alto costo de los mismos hace que
en la mayoría de los hogares se prefiera el consumo de carnes rojas y aves. La
clave está en seleccionar los pescados más económicos y que siempre están
disponibles como: las sardinas, el jurel, la merluza, cazón y atún. Estos
también pueden guisarse y dejarse en pequeñas porciones en el congelador.
Recuerda, siempre será más saludable y económico consumir el pescado fresco que
enlatado.
7.
Planifica
la compra de tus alimentos: si vas al supermercado sin tener una idea o planificación previa de lo que
vas a adquirir posiblemente pasearás por todos los pasillos y tomarás productos
que realmente no necesites o que sean poco saludables. Semanal o quincenalmente
planifica de forma general el menú de la semana y de allí selecciona los
alimentos que requieras adquirir para su preparación, toma nota de los mismos y
con ello ve al supermercado. No es lo mismo comprar por comprar, que tener un
destino previo de cada uno de los alimentos que adquieres. Más ahorro y menos
desperdicio.
9.
Saca
del carrito lo que NO es saludable: muchas veces le echamos la culpa a los vegetales y
las frutas del alto costo del mercado sin darnos cuenta que también incluimos
muchos productos que no necesitamos y que no son saludables. Galletas dulces y
saladas, cereales listos para comer, salsas comerciales, jugos y té pasteurizado,
snacks salados y refrescos; son productos que no te aportan nutrientes
esenciales, no forman parte de un estilo de vida saludable y que son altamente
costosos.
10.
Mentalízate:
si bien a primera
vista pareciera cuesta arriba llevar una dieta saludable en tiempos de crisis,
realmente esto no es necesariamente así. Los productos necesarios y vitales para
llevar un estilo de vida saludable como las frutas, vegetales y granos enteros,
siguen estando disponibles a un costo manejable. Dejemos las excusas y si
tienes dudas al respecto, consulta con profesional capacitado quien podrá
orientarte a alcanzar tus objetivos de forma sana, sabrosa y accesible.
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